El Ministro del Deporte, Héctor Rodríguez debiera explicar el blackout informativo realizado por funcionarios de su cartera en contra del trabajo que desarrollan los periodistas de la fuente deportiva en la región, a quienes se les niega el acceso a las instalaciones que están bajo el imperio de su administración.
Esas acciones que han puesto de moda los funcionarios del Ministerio del Deporte Es un acto reprochable que raya en el autoritarismo y que merece todos los epítetos de rechazo por cuanto las instalaciones deportivas no son campos militares donde se pudiera suponer que hay secretos que puedan afectar la seguridad de la nación, sino espacios abiertos al servicio de los deportistas.
El estadio Polideportivo, los gimnasios de fútbol sala, de combates y el de Paramillo, así como el populoso Arminio Gutiérrez Castro, se han convertido en escenarios vedados a los medios de comunicación.
En esos recintos están prohibidas las entrevistas, el uso de cámaras fotográficas, de video y cualquier adminículo que delate un trabajo periodístico. La sanción es que te expulsan de la instalación y no puedes volver a entrar.
La duda persiste en que si la medida fue ordenada por funcionarios regionales o forma parte de una política institucional del organismo encargado de velar por la salud física y mental de los deportistas venezolanos. Que una periodista no haya podido entrevistar a un grupo de niños que participaron en una competencia atlética, tal como sucedió con la reportera de Diario La Nación, abre profundas dudas sobre el comportamiento democrático de esos personajes.
Queremos pensar que se trata de una conducta personal y no de una política institucional afirma la periodista Judith Pinto, a quien se le impidió el acceso a las piscinas del Complejo Metropolitano, en la Concordia donde se realizaba una competencia de Nado Sincronizado.
La reportera deportiva María José Salcedo que se vio impedida de realizar un trabajo periodístico con los niños de atletismo en el Polideportivo de Pueblo Nuevo y después con el equipo de nado sincronizado, en el parque Metropolitano, denunció que los funcionarios del Ministerio del Deporte le habían informado que era una orden impartida desde Caracas.
El asunto debe llamar a la reflexión por las enormes implicaciones que traen estos hechos. En los últimos días se ha insistido que las conductas democráticas no solo están circunscritas al ejercicio del sufragio, sino que hay que sustentarlas con acciones ajustadas a las leyes que rigen el ejercicio del periodismo y sobre todo la Constitución.
Los niños, niñas y adolescentes y los deportistas de alta competencia dejan de percibir reconocimientos sociales si sus logros individuales o colectivos dejan de reseñarse en los medios de comunicación.
Esto lo deben entender las autoridades del Ministerio del Deporte a la hora de trazar sus estrategias comunicacionales.
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