H.Hernández
Lo del gimnasio de judo de Paramillo ha superado todos los record de paciencia y sus dolientes esperan que una luz alumbre el camino a las autoridades nacionales del Ministerio del Deporte para que acudan en auxilio de los atletas que allí tienen su sitio de preparación.
“Entrenamos en condiciones de hacinamiento desde que en esa fecha de 2008 una corriente de viento se llevó una franja del techo y nos obligó a desalojar un importante área de entrenamiento donde teníamos desplegados los tatamis”, resume el entrenador William Bernal, al señalar hacia la parte alta una abertura que permite a la lluvia mantener en zozobra a los judokas de la selección tachirense.
El verano de estos días ha permitido que los muchachos puedan ocupar parte del área afectada por las enormes filtraciones, sin embargo, están alertando a las autoridades del Ministerio del Deporte para que procedan a solucionar el problema antes que inicie nuevamente el periodo lluvioso que seguramente conducirá al cierre técnico del gimnasio. Lo peor, sostienen, es que han dejado de realizar el aseo que se venía haciendo de forma periódica.
Para el entrenador Bernal se hace inconcebible que uno de los mejores gimnasios de Venezuela esté a punto de colapsar por la ominosa costumbre de no reparar lo dañado. Destaca que en las oportunidades que la selección nacional ha venido a prepararse al Táchira, lo ha tenido que hacer en el gimnasio de la Escuela de Talentos Deportivos porque la abertura que hay en el gimnasio del complejo Paramillo, ha impedido su uso.
La Asociación de Judo recibió el gimnasio en el 2006, luego de las competencias de los Juegos Nacionales Andes 2005. Esta instalación no fue concluida en su totalidad, tal como sucedió con la mayoría de instalaciones que se construyeron para ese evento. A pesar de todo, la esperanza de recuperar esa área superior está sujeta a que las autoridades deportivas nacionales procedan a corregir el problema y evitar que continúe el progresivo deterioro de la instalación. “Tenemos estalagmitas en las vigas de arrastre que sostienen el techo”, esto significa que el agua se ha descalcificado produciendo este fenómeno, propio de las cuevas naturales. Alguien tiene que escuchar este llamado. William dice que los interesados pueden pasar por el gimnasio ubicado en el complejo polideportivo de Paramillo.
“Entrenamos en condiciones de hacinamiento desde que en esa fecha de 2008 una corriente de viento se llevó una franja del techo y nos obligó a desalojar un importante área de entrenamiento donde teníamos desplegados los tatamis”, resume el entrenador William Bernal, al señalar hacia la parte alta una abertura que permite a la lluvia mantener en zozobra a los judokas de la selección tachirense.
El verano de estos días ha permitido que los muchachos puedan ocupar parte del área afectada por las enormes filtraciones, sin embargo, están alertando a las autoridades del Ministerio del Deporte para que procedan a solucionar el problema antes que inicie nuevamente el periodo lluvioso que seguramente conducirá al cierre técnico del gimnasio. Lo peor, sostienen, es que han dejado de realizar el aseo que se venía haciendo de forma periódica.
Para el entrenador Bernal se hace inconcebible que uno de los mejores gimnasios de Venezuela esté a punto de colapsar por la ominosa costumbre de no reparar lo dañado. Destaca que en las oportunidades que la selección nacional ha venido a prepararse al Táchira, lo ha tenido que hacer en el gimnasio de la Escuela de Talentos Deportivos porque la abertura que hay en el gimnasio del complejo Paramillo, ha impedido su uso.
La Asociación de Judo recibió el gimnasio en el 2006, luego de las competencias de los Juegos Nacionales Andes 2005. Esta instalación no fue concluida en su totalidad, tal como sucedió con la mayoría de instalaciones que se construyeron para ese evento. A pesar de todo, la esperanza de recuperar esa área superior está sujeta a que las autoridades deportivas nacionales procedan a corregir el problema y evitar que continúe el progresivo deterioro de la instalación. “Tenemos estalagmitas en las vigas de arrastre que sostienen el techo”, esto significa que el agua se ha descalcificado produciendo este fenómeno, propio de las cuevas naturales. Alguien tiene que escuchar este llamado. William dice que los interesados pueden pasar por el gimnasio ubicado en el complejo polideportivo de Paramillo.
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